domingo, 4 de septiembre de 2016

Apátridas

A Silvia Delgado, compatriota.

Blandiendo vuestros himnos
y banderas tiznadas
de inquina, expolio, y sangre,
preguntáis por mi patria.
Mi patria, una utopía
que apenas tiene sitio
en este mundo, se halla
en el verbo que ansía
un día hacerse carne
y pan sobre la mesa
común de la alegría.
Mi patria, ese lugar
desde el que sueño un mundo
sin patrias ni fronteras.
¿Cómo, entonces, vosotros,
surco seco y ortiga, 
osáis llamarme apátrida?
No me llaméis apátrida:
vuestra patria es semilla
de caos y Armagedón,
la mía, brizna fresca
nutriendo la esperanza.

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