Hoy día hay días de
para todos los gustos y bolsillos
―olvídense de días
del tipo del orgullo
gay o el del medio ambiente;
me refiero a esos días
en los que está probado
que a fin demostrar
nuestro afecto a cualquiera
es preciso hacer caja.
El día de la madre.
El del padre y el hijo
y el espíritu santo
y todos los apóstoles
menos el Iscariote.
El abuelo y la abuela,
sobrinos, nietos, tíos,
vecinos y maestros,
enemigos.
Belisa en su jardín
junto a don Perlimplín.
San Antonio de Padua
y los enamorados.
El día D y la hora
H. San Expedito, el follamigo,
la RAE y el amigovio.
El del tonto de baba consumista
que no tiene un ochavo.
El de la castidad, el del cónyuge
infiel, san Cucufato,
el amante bandido, precaución
amigo conductor,
la puta y el copón de la baraja.
Y etcétera y etcétera
que, amén de suponer
ingresos que permiten
mantener un empleo
digno y de calidad
en grandes superficies comerciales
y tiendas de productos exclusivos
de la alta sociedad,
dan de comer al chino de la esquina.
Oh sí, qué maravilla:
hay días para todos
los gustos y bolsillos.
Acaso sólo falte,
a fin de dar un nuevo impulso al PIB,
un día dedicado al hijo puta.
Y ello aunque estos no compren
en tiendas todo a 100.
Me admira el crecimiento de los días dedicados a enfermedades, hay ya 79 en 365 días, se celebra vivir más y mejor con ayuda de la ciencia, tanto como tener una madre
ResponderEliminar