El sabio y el papanatas,
el que a la hora de comer
tiene pico de gurmet
y el que tira de bocata.
Don Amancio, es un poner,
y el que no tiene una lata,
El lumpen, la crema y nata,
los gaviotos del PP,
La banda de los sociatas,
el Bernal, el Piña, el Kata.
Los que apean el usted
al niño que fui yo ayer
aunque sea ya un jubilata
porque me han visto volver
más de dos noches a gatas
gateando a cuatro patas
como lo hacen los bebés
una noche de bachata.
Los que engañan a la sed
que les pide de beber
dándole una triste horchata
y el que su hígado paté
hizo a dieta de cubatas.
Los del fino y el jerez
y el que abreva matarratas.
Reinotas de cabaré,
Reyes de la cabalgata.
Clark Gable y su Escarlata,
el blasfemo y la beata
y hasta el cura don José
El mulato y el negrata,
el morito y el sudaca,
y el chino del todo a cien.
La Carmen de Merimeé,
Tosca, Aída y La Traviata.
El que viste de jersé
dejando libre la nuez
y el que se ahorca en la corbata.
El turismo de caché
y el turista de alpargata.
El de trote y caminata
y los del sofá también.
El narizón y la chata,
el donnadie, el niño bien,
el merengue y el culé
El que cuando se retrata,
pa‘salir requetebién
le escuchas decir patata,
y el que sale como un juez
de severo, cago’n diez.
El rebelde y el que acata,
el que vive a todo tren
y el que lo hace a salto mata.
La criatura innamorata
que ama sin mirar a quién,
del derecho o del revés,
que es de ca’uno su culata.
Bronquiosano y el fumata,
porque vaya usté a saber
si el que dijo fumar mata
no habrá ya palmao también.
El que huye puente de plata
y el que se queda por fiel
que sea porque quiera él
que aquí nadie a nadie ata.
El que tiene cataratas
y quien como un lince ve,
o ambas cosas a la vez.
La Venegas literata,
por poner un suponer
El ganador, y más bien
el que pierde y el que empata
si es que no vendió barata
la derrota ni la piel.
El que un día metió la pata
pues que le vamos a hacer,
si tras meterla la saca
porque en ese metisaca
encontrará al fin el placer placer.
El que escogió de pirata
cojo o con sus dos pies
la vida y el que al revés
tal vida lo escogió a él.
La lagarta, la pazguata,
la real hembra, la niñata,
la locatis, la sensata,
la lanzá, la timorata,
sobre el tejado una gata,
que todas tienen su aquél.
El que hoy me vino a ver
y a aguantar mi perorata
y el que no vino también
que pa’aguantar serenatas
de un tío dando la lata
van a dar pronto las diez.
Con toda esta intemerata
de gentes aunque no estén,
predilectas o non gratas,
gritar quiero y se oiga bien
¡Larga vida a la alcayata!
Y ahora a guisa de postdata
descubramos una placa
fijadita en la pared
donde salvo error o errata
el mundo pueda leer
”Muralla de la Alcayata”
Texto e ilustración: Agustín Casado
Poema recitado sobre la alcayata con elfrenético ritmo de Miriam Makeba y su Pata Pata
ResponderEliminar