(Cada vez que los necios
dejan de contemplar
el dedo temerario
que la señala y alzan
la mirada a la luna,
nunca faltan sicarios
dispuestos con fruición
a cercenar el dedo)
Consistió la Transición,
que nadie se llame a engaño,
más que nada en un apaño
para que la corrupción
engordase, sin sanción,
desde el mafioso al pancista.
Y todo aquel que, a la vista
miope del pueblo, ha tratado
de mostrarlo, ha terminado
tildado de terrorista.
En la Transición hubo independientes idealistas que, desengañados, acabaron cediendo el sitio a políticos profesionales que se ganaban el suelo extra con las influencias, luego con las comisiones y más tardes con las tramas organizadas de corrupción. Todo fue progresivo.
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