La mayoría de estos que ahora, como revolucionario método de protesta, se dedican a rezar a las puertas de los ayuntamientos progresistas, no lo hacen porque no les alcance el salario para llegar a fin de mes, ni porque teman perder techo o trabajo, y menos aún porque se sientan ofendidos en sus sentimientos religiosos. No, lo hacen porque temen perder parte de los privilegios heredados del Franquismo y mantenidos y hasta incrementados por la tan tramposa y precaria democracia del régimen bipartidista de la mal denominada transición.
" AMÉN "
ResponderEliminar