La tan cacareada transparencia, que nadie se llame a engaño, consiste en
dejar a la vista del pueblo aquellas cuestiones en las que las élites
político financieras que tienen la sartén por el mango se ajustan en sus
actuaciones a la legalidad vigente, en tanto se continúan manteniendo
en secreto sus asuntos turbios. Sólo humo negro y muy tóxico.
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