La vida siempre acaba mal.
Y bien mirado:
¿puede terminar bien lo que termina?
Ángeles Mora
Que bien acaba lo que bien empieza
no es más que un dicho estúpido
y erróneo repetido
por hombres con cerebro
de cotorra desde hace
cuánto ya en el destiempo.
Porque lo que termina,
siempre termina mal,
si tuvo un buen principio.
Y sólo acaba bien, porque se acaba,
aquello que jamás
―como el odio y la guerra ―
debió haber comenzado.
Aunque, a veces, las cosas
son mucho más complejas.
Por poner un ejemplo:
¿Por qué acabó lo nuestro?
¿Porque todo se agota aun siendo bueno?
¿Porque era malo y nunca
debió tener principio?
¿O es que nunca empezó más que en mis sueños?
El amor, siendo aun sólo
un sueño, acaba siempre
y siempre acaba mal,
bien porque da a su fin habiendo sido
bueno o porque jamás
―como el odio y la guerra―
debió haber comenzado.
El amor tiene su tiempo de erupción, y siempre te queda como residuo una linda amistad
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