sábado, 6 de junio de 2015

Desasosiego

No desgarró tres veces
aquel canto anunciado
su sueño en duermevela
antes de la alborada.

(¡Quién no hubiera tejido,
con los hilos cariados
del silencio, esperanzas!)

A la hora del almuerzo
le fue servido un plato
de gallo en pepitoria.

"Hoy no tengo apetito"
—dijo a su carcelero.

"Eso no importa. Come.
Vas a necesitar
mejor cuantas más fuerzas
para hacer el camino
que ha de llevarte al Gólgota."

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