martes, 2 de junio de 2015

De pitos y perroflautas


Leo con perplejidad que el PP (Partido Popular oficialmente y para sus dirigentes; Partido Podrido para las hordas perroflautas) pretende impulsar una iniciativa legislativa para evitar o poner coto a que se pite al himno de España como ocurriera el pasado sábado en el Camp Nou durante la celebración de la final de Copa. Luis Floriano (también conocido como el Luisma del PP) ha ido aún más allá y ha declarado que “hay que dar un paso más, porque la defensa de la libertad de expresión no puede amparar los ataques a los símbolos nacionales que nos representan a todos”. De ahí a someter a abominables ordalías al estilo de Tomás de Torquemada a todo aquel que ose portar en la solapa un pin con la bandera de la República, me temo, sólo habría un paso. Y digo me temo porque lo que es a mí, la bandera y el himno nacionales no me representan. Uno, que tiene todavía sus muertos abandonados en ignominiosas cunetas, es más de la tricolor y del himno de Riego, y no de unas instituciones y símbolos herederos del franquismo. Y, de momento, siendo tan español como el que más y mucho más honrado que algunos, lo puede decir, amparado en la libertad de expresión y el pluralismo político que, junto al actual modelo de Estado, consagra la Constitución.

De modo que, para tratar de evitar que los descendientes políticos de aquel dictador terminen haciendo un pan como una hostia, pero altamente tóxico, del asunto este de las pitadas al himno, me voy a permitir hacerles una sugerencia para dar una solución más plausible en la línea de la conocida como lex parsimoniae o navaja de Ockham. Es decir, lo más sencillo y menos gravoso, antes que lo complejo y con un alto precio.

Así que, vamos a ver, señor Floriano y compañía: ¿Organiza la Casa Real la denominada Copa del Rey? ¿Sufraga el coste del trofeo? ¿Acaso Felipe VI hace las veces de árbitro o utillero de alguno de los contendientes? ¡Ah!, ¿no? ¿Que lo único que hace es entregar la hoy tan conflictiva Copa? Pues nada, a partir del año próximo, pasemos a denominarla Copa de la Federación Española de Fútbol, que es la entidad organizadora, y, por himno usemos el Waka Waka de Shakira o algún otro que se componga para tal propósito (eso sí, que lo componga Ruibal, para que no sea un tostón infumable). Sin duda así nos ahorraríamos debates ridículos y la utilización espuria de los sacrosantos símbolos patrios por los unos y por los otros. Salud y República.

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