domingo, 1 de febrero de 2015

Las cosas en su sitio

Por anhelar un mundo
donde la libertad
sea la única bandera;
un mundo de igualdad
ajeno a las cadenas
que impone la miseria;
un mundo en el que sean
abolidas la usura,
la gula y la codicia,
y que camine al son
del Himno a la Alegría,
me tildarán los perros
de ser un radical,
un terrorista, un puto
comunista, un demonio.
Pues sí, lo reconozco,
tengo rabo, señores.
Pero no atrás, delante.

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