miércoles, 17 de diciembre de 2014

¿Podremos?


Dice mi amigo Javier, y no le falta razón, que desde que Podemos ha irrumpido en el ámbito político, la movilización social se ha ido diluyendo hasta quedar en casi nada. De nuevo la gente — porque con esta actitud no somos pueblo, tan sólo y como mucho somos gente— deposita su futuro en manos de terceros y se olvida de que el porvenir y la democracia, para ser fecundos, deben ser fraguados entre todos y para todos. Me temo, nos tememos Javier y yo, que así no avanzaremos demasiado hacia una vida digna para todos en libertad, hacia la felicidad que hoy, quizás, por nuestra desidia, no terminamos de merecemos del todo. Y no, con lo dicho, no estamos criticando a Podemos, que ya tenemos bastante con censurar al bipartidismo felón postrado de rodillas al servicio de las élites explotadoras y corruptas. Sólo decimos lo que decimos, que sin movilización social permanente —da igual quiénes gobiernen— nunca habrá verdadera democracia.

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