Lo de la transparencia no deja de ser una cortina de humo, un burdo
encalado de la fachada de la casa de nuestra maltrecha democracía,
cuando en el interior se siguen acumulando la basura y las ratas. Porque
no se antoja para nada probable que ninguno de los pájaros a imputar
en el futuro vayan a subir a los diferentes portales de la transparencia
datos en relación a la pasta obtenida perpetrando sus delitos de
carácter económico o de otro tipo. Pero lo que ya clama al cielo es que
los mismos a los que se les llena la boca de transparencia, pretendan
castigar a aquellos que traten de dar fe, entre otras barrabasadas, de
presuntos abusos policiales.
es cierto, el que trinca no sale
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