viernes, 1 de agosto de 2014

Sobresalto

“Como el terrible momento de no tener ya nada que escribir”

Leopoldo María Panero

“Aunque ellos mismos lo ignoren, ningún creador escribe para los otros, ni para sí mismo, ni mucho menos, para satisfacer un anhelo de creación, sino porque no puede dejar de escribir.”

Oliverio Girondo

Hay noches de tinieblas
que son sólo una huida
frustrada de mí mismo.
Noches en las que sueño
que despierto en la noche
de no sé qué lugar
árido y polvoriento,
y, al tomar el bolígrafo
en mis manos, descubro
que la tinta está seca
y están mis dedos secos
y están mis labios secos
y está mi sangre seca
y están mis ojos secos
y está mi seso seco
y está mi sexo seco
y el poema está seco
y el recuerdo y las ganas
y todo, todo seco.
Entonces me despierto
sudoroso –un sudor
frío y seco– y sediento,
y salto de la cama
y caigo en que me meo
y orino largo rato
y bebo un litro largo
de agua y luego tomo,
tembloroso, el bolígrafo
en mis manos y escribo
como si fuera la última
noche, la última gota
de sangre y agua y tinta.
Y escribo escribo escribo
hasta quedar, rendido
de cansancio, dormido.

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