En el caleidoscopio
de mi verbo no esperes
un turbión de colores
girando en torno a un centro
—menos aún que sean cálidos.
Mi verbo es el reflejo
del mundo y mis adentros,
una escala de grises
—sermón en el desierto—
sin centro, fríos, en vano.
Fotografía: Kazuhiko
Kawahara
El poeta puede tener una tristura fria por el gris mundo que le rodea, pero nunca el corazón...
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