Tras varías décadas de perversión
legislativa al servicio de las élites –ese periodo gris de la
Historia de España denominado Transición–, con el interesado aval
de los altos tribunales creados al efecto, ya va siendo hora de que
nuestros académicos de la lengua den a los términos “Ley” y
“Justicia” la categoría de antónimos. Y de que la Democracia, pese
a estar permanentemente en boca de aquellos que la prostituyen,
comience a considerarse en desuso.
Hay que crear palabras más de moda, como susanación, en lugar de subsanación, de errores
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