Me acaba de felicitar un cajero automático por mi reciente cumpleaños. No doy crédito. El cajero tampoco. Porque por más que he estado esperando a ver si se decidía a agasajerme regalándome unas preferentes o un plan de pensiones o una cubertería o algo, no ha habido tutía. Euros son amores...
Hoy día te felicitan los cajeros automáticos, los face books, los twitter, los wash shaps...Y es que Bill Gates cuida mucho esas humanidades
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