Motivo de divorcio
Llegaba muy ladino el Empalmado,
con sus facturas falsas bajo el brazo,
diciendo “ven, amor, a mi regazo
y firma aquí a tu duque enamorado”.
Y ella –el amor es ciego-, sin cuidado
alguno o echarle al menos un vistazo
a lo que iba a firmar –cuánto sablazo-,
lo rubricaba, idiota, de buen grado.
Y ahora que ya conoce la taimada
forma de obrar del duque, su frescura,
afirma continuar enamorada,
aunque, eso sí, compuesta la figura,
amén del ciego amor como coartada,
le echa el muerto de todo al caradura.
Bonito ritmo poemático para tan feo asunto, me barrunto
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