domingo, 5 de enero de 2014

Cuento de Navidad (Agustín Casado)

Era Manolo un parao
de los de larga duración,
como las pilas.
Y anda un poco acongojao
y no ve la solución
por más que lo cavila.
Que la cosa está mu mala
no es ninguna novedad;
pero en vísperas la Navidad,
sin un euro pa cigalas
-tampoco el whisky lo regalan-
va siendo de necesidad
buscárselas de algún modo.
Se le ocurrió una mañana
observando cómo a todos
los balcones y ventanas
que por pascuas se engalan
trepa un gordo, siempre el mismo.
Quien no arriesga no gana,
haría rentable el alpinismo.
Cogió al niño sus ahorros
y comprose un traje rojo,
con sus botas y su gorro,
y jurándose “me forro”
diose Manolo al escalo
de fachadas y balcones
por poder comprar regalos,
lotería y polvorones.
Y con total impunidad,
sin pegar siquiera un palo,
que es todavía más malo
no poder comprar la Navidad.
Y gracias a Papá Noel
que da rojo a la ciudad
trepando por los balcones
pusieron mesa y mantel.
¿Quién iba a olerse el pastel
si es que trepan por millones?


Texto e ilustración: Agustín Casado

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