viernes, 13 de diciembre de 2013

El espejo de la melancolía (XCII)


Ojos
que no ven,
grandes ojos que no hablan
observan desde el culmen o cuásar e hipocentro de la niebla
como deambulo a tientas por las ruinas del cántico,
esa región sin aire donde intangible nace
la afasia de lo eterno.

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