Querida
esperaba que al menos.
Pero NO.
Tú siempre me has querido –es un
decir–,
por precaria que fuese, ajeno a la
esperanza.
Pero ahora es Navidad y aunque no niego
que nunca me han gustado –por
hipócritas–
esperaba que al menos me ofrecieses
desde tu cielo incierto, en estas
fechas,
una señal, amparo
que me otorgase fuerzas
para seguir asiendo a uñas y dientes
un trémulo pingajo
de fe. Pero tú has sido
siempre una diosa apóstata
para con este humilde
devoto irracional sin religión
que uncido al desengaño como un buey
rendido de cansancio, te idolatra.
A mí nunca me escribieron una carta así. ¿Habré hecho las cosas tan mal? (Sonrío)
ResponderEliminarY sí, seguro.
Maravillosa Rafa, no puedes escribir de esa forma, desde las tripas, y quedarte como si nada (mirando tal vez por la ventana)
Ay.
Ojala ella la lea, y conteste! (Si no contesta no le escribas más jiji)
Besos.
Si no te contesta deja que el destino siga su curso
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