Ni un leve escalofrío recorrió su espalda cuando aporrearon con violencia su puerta de madrugada. "Seguro que se trata de algo rutinario" -pensó. Al fin y al cabo siempre había sido un buen ciudadano; de esos que ni en los peores momentos quisieron tener nada que ver con cuestiones políticas.
Qué tiempos aquellos. cuántos escalofríos de miedo.
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