lunes, 10 de junio de 2013

Reflexiones paternas (II) (Carlos Parejo)


¿Qué hago aquí? ¿Por qué no me encuentro incómodo en este cubículo tan estrecho? ¿Por qué no siento mi cuerpo? ¿Qué es esta oscuridad total? ¿Por qué se oye tan lejanamente el canto de los pájaros en la arboleda?

Mi luz interior está proyectando imágenes. Veo la sala de estar de mi vivienda familiar. Mariquilla adormecida en el butacón, con el periódico yacente entre sus manos. Las camas por deshacer en el cuarto del fondo. Mi dormitorio convertido en un trastero. El aparador que contenía la botica está enteramente vacío. Ya no vivo allí…

Mi luz interior quiere salir de aquí y subir a lo más alto… Más allá de las nubes, de la luna, del sol… Quiere llegar al ansiado paisaje celestial y reunirse con sus antepasados. Pep y Carles, el pare y la mare. Quiere contemplar, en esa nube traslúcida situada sobre ellos, a la mujer sin tacha, a su hijo melenudo, y al viejo y canoso padre al que llaman el sumo hacedor.

(¢) Carlos Parejo Delgado

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