Nunca supe estimar, hasta la fecha
-aunque dando por cierto que engrosaban tu haber-,
el saldo que arrojaban
nuestras cuentas pendientes.
Hoy perdono tus deudas.
Hasta siempre.
-aunque dando por cierto que engrosaban tu haber-,
el saldo que arrojaban
nuestras cuentas pendientes.
Hoy perdono tus deudas.
Hasta siempre.
Abriste la cajita de latón donde se guardan las querencias y las facturas... ¿acaso esperan turno en la hoguera de esta noche?
ResponderEliminarbesos
Si las deudas pendientes de amor y querencias se cobraran, todos nos arruinábamos. Bueno, los santos quizás no...
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