(aunque no tanto como el banco homónimo y sus banqueros. Ni como los otros; digo los bancos y banqueros bondadosos) Siempre me he preguntado si alcanzó Musiquito a atrapar a la mosca, o aquellos aspavientos, como diría la Lupe, eran puro teatro, y jamás existió tan rebuscado díptero. Y ahora, recordando aquella cantinela –que, en mezcolanza insólita, se aglutina en mi mente con el himno de Riego y la Internacional–, buscando, inquiero: ¿Dónde está la – izquierda, aquí o aquí? ¿Dónde está la – la izquierda, aquí o aquí? ¿Dónde está la – izquierdaaaaaaaa?
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