No están las cosas para tracas
ni fuegos de artificio cualesquiera.
Y no es que no haya nada
–que tampoco–
digno de celebrarse;
es que a muy corto plazo,
si no pone remedio
un golpe de fortuna,
mezclada con tornillos y cristales,
va a hacer falta la pólvora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario