El amor no lo es todo.
También están los pájaros, las fuentes,
la hoguera iluminando con su fuego
chinesco la matriz de la caverna
cercada de penumbras y de inviernos.
Y luego está la tierra,
la tierra acogedora que en su seno
nos libra de este pozo, hondo espejismo
de luz, que nos engulle y nos anega
los pulmones de sueños.
El amor no lo es todo;
también está la tierra.
Precioso.
ResponderEliminarUn beso de "tanbién".