Alegoría
(coto privado de pesca) Con fuerza tiran del sedal,
debilitando al pez, ahogándolo.
Pero el sedal se tensa,
se fatiga hasta el punto
que amenaza romperse
liberando a su presa.
En ese instante aflojan,
e, ilusamente, el pez
se siente libre, fuerte
como si nunca hubiese
picado en el anzuelo, y se confía.
Con fuerza tiran del sedal,
debilitando al pez, ahogándolo.
Haces que me sienta un pez
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