martes, 31 de enero de 2012
Tribulaciones de una crisálida (XXXVII)
Un terco hedor a cera ardiendo, transmuda los efluvios de los sueños, en un insípido humo huérfano: la escoria ha repudiado, afín al salmo, la hereje secreción de los espejos.
1 comentario:
Vivian
31 de enero de 2012, 11:21
Y los espíritus se levantan para elevarse a la luz.
Responder
Eliminar
Respuestas
Responder
Añadir comentario
Cargar más...
‹
›
Inicio
Ver versión web
Y los espíritus se levantan para elevarse a la luz.
ResponderEliminar