Decidieron dejarlo.
Sin hablar, con los ojos,
consensuaron su marcha,
alejarse por siempre,
renunciando al deseo,
tacto, luz y palabra.
Desertar, desterrarse,
poner tierra por medio
de sus ansias taladas.
Convocando al olvido,
destripar el pasado
y abortar el mañana.
Mas, ajeno, el recuerdo,
a aquel tácito acuerdo,
terco, los visitaba
desde el alba al ocaso,
en el sueño, el insomnio,
cada nueva alborada.
Y así, sobre las vísceras
del ayer sin futuro,
vertidas sin batalla,
por vida agonizaron
estrechamente unidos,
sin paz, por la distancia.
Sin hablar, con los ojos,
consensuaron su marcha,
alejarse por siempre,
renunciando al deseo,
tacto, luz y palabra.
Desertar, desterrarse,
poner tierra por medio
de sus ansias taladas.
Convocando al olvido,
destripar el pasado
y abortar el mañana.
Mas, ajeno, el recuerdo,
a aquel tácito acuerdo,
terco, los visitaba
desde el alba al ocaso,
en el sueño, el insomnio,
cada nueva alborada.
Y así, sobre las vísceras
del ayer sin futuro,
vertidas sin batalla,
por vida agonizaron
estrechamente unidos,
sin paz, por la distancia.
El recuerdo no entiende de pactos, digamos que es libre su albedrío.
ResponderEliminarMuy bueno.
Besos.
El recuerdo nunca pide permiso...
ResponderEliminarUn beso
Contrastante la unión en la distancia, pero real para quien la vive y sabe lo que se siente.
ResponderEliminarUn abrazo,
Andri
Contrastante la unión en la distancia, pero real para quien la vive y sabe lo que se siente.
ResponderEliminarUn abrazo,
Andri
Siendo tan grande la fuerza que los une, ¡no hay otro alivio que entregarse a ella !
ResponderEliminarAbrazos
Abrazos, Poeta.
ResponderEliminarBuen fin de semana.
Que bueno, que emotivo, que doloroso.
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