sábado, 28 de agosto de 2010


Decidieron dejarlo.
Sin hablar, con los ojos,
consensuaron su marcha,
alejarse por siempre,
renunciando al deseo,
tacto, luz y palabra.

Desertar, desterrarse,

poner tierra por medio
de sus ansias taladas.
Convocando al olvido,
destripar el pasado
y abortar el mañana.

Mas, ajeno, el recuerdo,
a aquel tácito acuerdo,
terco, los visitaba
desde el alba al ocaso,
en el sueño, el insomnio,
cada nueva alborada.

Y así, sobre las vísceras
del ayer sin futuro,
vertidas sin batalla,
por vida agonizaron
estrechamente unidos,
sin paz, por la distancia.

7 comentarios:

  1. El recuerdo no entiende de pactos, digamos que es libre su albedrío.
    Muy bueno.

    Besos.

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  2. El recuerdo nunca pide permiso...

    Un beso

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  3. Contrastante la unión en la distancia, pero real para quien la vive y sabe lo que se siente.

    Un abrazo,

    Andri

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  4. Contrastante la unión en la distancia, pero real para quien la vive y sabe lo que se siente.

    Un abrazo,

    Andri

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  5. Siendo tan grande la fuerza que los une, ¡no hay otro alivio que entregarse a ella !

    Abrazos

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  6. Que bueno, que emotivo, que doloroso.

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