CUANDO, tras varios meses incomunicado en la montaña, y habiendo recorrido estupefacto las deshabitadas calles del arrabal, llegó a las urgencias de aquel hospital en las afueras, un profundo terror se apoderó de su ánimo. El silencio absoluto, los pasillos desiertos, la inaudita tranquilidad que se respiraba en el ambiente, sólo podían ser el síntoma de que algo terrible e irreparable había sucedido en su prolongada ausencia. Y dejó volar su imaginación: la pandemia, las evacuaciones masivas, las cremaciones... De súbito, un desaforado estruendo lo sumió de nuevo de bruces en la realidad, devolviendo la tranquilidad a su ya más que atormentado y aterrorizado espíritu: ¡¡¡¡GOOOOOOOOOOOOOL!!!!, ESPAÑA, ESPAÑA, ESPAÑA...
je, je, si, una pandemia de imbecilidad. Un abrazo
ResponderEliminarTriste y vencida bajo del arrabal y digo gol de España!!
ResponderEliminarTe beso amigo querido.
M.
Parece un mal chsite pero es asi, la roja en todos y todos, a falta de pelas pues el futbol....un abarzo.
ResponderEliminarCómo une el fútbol... será por eso que lo promocionan?
ResponderEliminarUna cosa... qué se siente al entrar en un hostipal? es que... yo lo ignoro.
Besicos nocturnos: PAQUITA