miércoles, 7 de abril de 2010

Pudriéndote en la ausencia prematura...


PUDRIÉNDOTE en la ausencia prematura que inhuma tus recuerdos desmembrados, no hay paz en tu epitafio; atónito heredero de tu canto, invoca mi cadáver tu memoria, a golpes, arañando. Ajenos al descanso nos miramos; tú, estrella silenciada; yo, mudo en la impotencia, fiel eco de tu espanto.

2 comentarios:

  1. No hay poemas a la muerte, porque todo poema es la muerte. No hay poemas a la ausencia o a la evocación, porque todo poema es ausencia y evocación. No hay poema para el silencio, porque todo poema es silencio. Hay que decir el silencio.

    Quedo ceñida a tu prosa, dolorosamente magnífica, sublime y, desde ella, te abrazo, Isa

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  2. Maldito seas
    invento
    sólo te pedí
    una despedida
    a Tiempo.

    Un saludo, León.

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