“Los hombres que no amaban a las mujeres” constituye la primera entrega de la “Trilogía de Milenio" ("Millennium Trilogy"), y es un inquietante Thriller, publicado póstumamente, obra del periodista sueco Stieg Larsson.
La historia, que cuenta con una magnífica descripción de personajes, situaciones y lugares, gira en torno a la desaparición de la joven Harriet Vanger en la isla sueca de Hedeby, propiedad del poderoso clan industrial de los Vanger. Más de tres décadas después el caso, ya oficialmente cerrado, sigue sin resolver y ha sido completamente olvidado. Salvo para Gustav Morrell, el inspector que se encargó de las investigaciones, y, sobre todo, para Henrik Vanger, tío de Harriet, que sostiene que la muchacha fue asesinada por un miembro de la familia y que, ya casi al final de su vida, vive obsesionado por resolver el misterio antes de su muerte.
Para ello contrata a Mikael Blomkvist, famoso y honesto periodista venido paradójicamente a menos al haber sido víctima de un engaño que lo llevó a publicar informaciones falsas, el cual encuentra una valiosa ayuda para avanzar en sus investigaciones en la persona de Lisbeth Salander, aparentemente una inadaptada social con escasas luces, pero que cuenta con unas capacidades para el análisis y síntesis de la información, así como para la estrategia, propias de un verdadero genio.
Mikael Blomkvist inicia su trabajo sin esperanza alguna de resolver el enigma, pero, a medida que avanza en sus investigaciones, se va encontrando con asuntos relacionados con la familia Vanger mucho más sórdidos y espantosos que la verdad que en principio trataba de descubrir.
La trama, magistralmente urdida por Larsson, a pesar de carecer quizá de ese ritmo trepidante clásico de la novela negra, lleva en volandas al lector desde el principio hasta el fin de esta obra que, aun contando con casi 700 páginas, se termina haciendo corta.
No obstante, quizá la esencia de la novela, más que en la urdimbre de su intriga y de la historia que desarrolla, esté en el contexto en el que se desenvuelve. De este contexto se vale Larsson para hacer una dura crítica de la sociedad sueca. Una sociedad del bienestar que, tolerante y ordenada en apariencia, muestra una atroz intolerancia para con aquellos que no encajan con su modo de vida ni sus normas, pudiendo llegar a convertir la tutela que ejerce el Estado sobre aquellos en una inhumana y humillante tortura. Un modo de vida que bajo la pulcritud de sus alfombras trata de ocultar toda la basura que nadie quiere ver.
Y, al mismo tiempo, es una crítica, no por merecida menos despiadada, contra la falta de ética periodística y la nula independencia de unos medios de comunicación, que, en lugar de preocuparse por desvelar la verdad, se afanan permanentemente en tratar de evitar morder la mano de la que comen. En este contexto surgen, además, unas reflexiones muy interesantes relacionadas con el punto hasta el que debe llegar este celo informativo por desvelar la verdad. Larsson parece querer establecer el límite en el punto en el que esa verdad puede llegar a lesionar a los inocentes; el choque entre la ética periodística y la ética del ser humano, que el autor parece resolver a favor de la segunda.
Tampoco deja Larsson de lado la crítica de las estructuras económicas, que dirige contra aquellos que se enriquecen mediante la especulación en el marco de una economía ficticia asentada en los mercados de valores, que muy poco o nada tiene que ver con la economía real.
En definitiva una crítica voraz contra los abusos de poder, contra la doble moral, contra la violencia que sufren los inadaptados, los débiles, las mujeres, y contra todos aquellos que viven de tratar de evitar que esa realidad salga a la luz.
Y, en medio de todo ello, una clarividente reflexión en torno a los difusos y tormentosos límites que separan amor, amistad y sexo, y como, mediante la tolerancia, la confianza y el respeto, es posible navegar por esas aguas sin tener que estar abocado necesariamente al naufragio.
En definitiva, una novela que, por su intriga y el modo magistral en que se desarrolla la misma, es sumamente entretenida y atrayente, pero que, no obstante, va mucho más allá de ser un mero producto de entretenimiento.
Ficha técnica:
Título original: “Män Som Hatar Kvinnor” (literalmente “Los hombres que odian a las mujeres”).
Fecha de publicación: 5 de junio de 2008.
Código: 164162
ISBN: 978-84-233-4044-6
Páginas: 672
Formato: 13,3 x 23 cm.
Encuadernación: Rústica.
Editorial: Destino (Colección Áncora y Delfín), Barcelona 2008.
Siguientes títulos de la trilogía:
“La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina”
“La reina en el palacio de las corrientes de aire”
La historia, que cuenta con una magnífica descripción de personajes, situaciones y lugares, gira en torno a la desaparición de la joven Harriet Vanger en la isla sueca de Hedeby, propiedad del poderoso clan industrial de los Vanger. Más de tres décadas después el caso, ya oficialmente cerrado, sigue sin resolver y ha sido completamente olvidado. Salvo para Gustav Morrell, el inspector que se encargó de las investigaciones, y, sobre todo, para Henrik Vanger, tío de Harriet, que sostiene que la muchacha fue asesinada por un miembro de la familia y que, ya casi al final de su vida, vive obsesionado por resolver el misterio antes de su muerte.
Para ello contrata a Mikael Blomkvist, famoso y honesto periodista venido paradójicamente a menos al haber sido víctima de un engaño que lo llevó a publicar informaciones falsas, el cual encuentra una valiosa ayuda para avanzar en sus investigaciones en la persona de Lisbeth Salander, aparentemente una inadaptada social con escasas luces, pero que cuenta con unas capacidades para el análisis y síntesis de la información, así como para la estrategia, propias de un verdadero genio.
Mikael Blomkvist inicia su trabajo sin esperanza alguna de resolver el enigma, pero, a medida que avanza en sus investigaciones, se va encontrando con asuntos relacionados con la familia Vanger mucho más sórdidos y espantosos que la verdad que en principio trataba de descubrir.
La trama, magistralmente urdida por Larsson, a pesar de carecer quizá de ese ritmo trepidante clásico de la novela negra, lleva en volandas al lector desde el principio hasta el fin de esta obra que, aun contando con casi 700 páginas, se termina haciendo corta.
No obstante, quizá la esencia de la novela, más que en la urdimbre de su intriga y de la historia que desarrolla, esté en el contexto en el que se desenvuelve. De este contexto se vale Larsson para hacer una dura crítica de la sociedad sueca. Una sociedad del bienestar que, tolerante y ordenada en apariencia, muestra una atroz intolerancia para con aquellos que no encajan con su modo de vida ni sus normas, pudiendo llegar a convertir la tutela que ejerce el Estado sobre aquellos en una inhumana y humillante tortura. Un modo de vida que bajo la pulcritud de sus alfombras trata de ocultar toda la basura que nadie quiere ver.
Y, al mismo tiempo, es una crítica, no por merecida menos despiadada, contra la falta de ética periodística y la nula independencia de unos medios de comunicación, que, en lugar de preocuparse por desvelar la verdad, se afanan permanentemente en tratar de evitar morder la mano de la que comen. En este contexto surgen, además, unas reflexiones muy interesantes relacionadas con el punto hasta el que debe llegar este celo informativo por desvelar la verdad. Larsson parece querer establecer el límite en el punto en el que esa verdad puede llegar a lesionar a los inocentes; el choque entre la ética periodística y la ética del ser humano, que el autor parece resolver a favor de la segunda.
Tampoco deja Larsson de lado la crítica de las estructuras económicas, que dirige contra aquellos que se enriquecen mediante la especulación en el marco de una economía ficticia asentada en los mercados de valores, que muy poco o nada tiene que ver con la economía real.
En definitiva una crítica voraz contra los abusos de poder, contra la doble moral, contra la violencia que sufren los inadaptados, los débiles, las mujeres, y contra todos aquellos que viven de tratar de evitar que esa realidad salga a la luz.
Y, en medio de todo ello, una clarividente reflexión en torno a los difusos y tormentosos límites que separan amor, amistad y sexo, y como, mediante la tolerancia, la confianza y el respeto, es posible navegar por esas aguas sin tener que estar abocado necesariamente al naufragio.
En definitiva, una novela que, por su intriga y el modo magistral en que se desarrolla la misma, es sumamente entretenida y atrayente, pero que, no obstante, va mucho más allá de ser un mero producto de entretenimiento.
Ficha técnica:
Título original: “Män Som Hatar Kvinnor” (literalmente “Los hombres que odian a las mujeres”).
Fecha de publicación: 5 de junio de 2008.
Código: 164162
ISBN: 978-84-233-4044-6
Páginas: 672
Formato: 13,3 x 23 cm.
Encuadernación: Rústica.
Editorial: Destino (Colección Áncora y Delfín), Barcelona 2008.
Siguientes títulos de la trilogía:
“La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina”
“La reina en el palacio de las corrientes de aire”
Rafa, interesante y mucho, tal como lo describes; me atrae sobre todo la hipocresía del periodismo. Tomo nota. Buena recomendación.
ResponderEliminarBesos
Un beso Rafa, estoy...
ResponderEliminarQuerido Rafa, ¡ñami, ñami! una reseña gustosa que abre el apetito. No, no tenía noticia... Confieso que poco sé de las letras suecas más allá de Astrid Lindgren o de Henning Mankell (por su serie del inspector Wallander). Gracias por portearlo. Abrazo va, Isa
ResponderEliminarLo tengo en mi lista de lecturas, a mi hermana le encanto y ya esta con el segundo; por ahora estoy con los regalos de reyes: Murakami, La Carretera, El angel mas tonto del mundo, y un largo etcetra...ya contare. Un fuerte abarzo.
ResponderEliminar- al leer su biografía terminará con .. que se continuó - el hombre más interesante en el mundo
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