Desde luego, Poeta, el dolor compartido es menos dolor.
Ocurre, no obstante, que uno procura salir de su mazmorra a diario y, humanos somos, preferiría entrelazar la mano del amigo en un paseo al aire libre, por un bosque otoñal, ahora que el otoño pinta de rojo-naranja la naturaleza.
Yo siempre te acompaño, o lo intento, aunque tú ya no lo hagas.
ResponderEliminarBesos de siempre
Desde luego, Poeta, el dolor compartido es menos dolor.
ResponderEliminarOcurre, no obstante, que uno procura salir de su mazmorra a diario y, humanos somos, preferiría entrelazar la mano del amigo en un paseo al aire libre, por un bosque otoñal, ahora que el otoño pinta de rojo-naranja la naturaleza.
Besos