“Mira, Platero, cómo han puesto el río entre las minas, el mal corazón y el padrastreo. Apenas si su agua roja recoge aquí y allá, esta tarde, entre el fango violeta y amarillo, el sol poniente; y por su cauce casi sólo pueden ir barcas de juguete. ¡Qué pobreza!”
Juan Ramón Jiménez
Bajo la luna teñida de arsénico,
Impúdico se yergue el yermo blanco.
La plata de los álamos, perdida,
Y, ya en amarillo, el rosa lejano,
Cincelan sobre el rojo de las aguas
Un lánguido temblor como epitafio
-Los versos del poeta, profanados-.
En la noche, columnas del Averno
Elevan sus colmillos hacia el cielo
Y, ácidas, llueven su estruendo de muerte
Sobre el precario fulgor de un progreso,
Comido en su velamen de agujeros
-Clorhídrico aroma desde el Poniente-.
En las sedes sindicales, no obstante,
Vastas marañas de sonrisas cómplices
Arrancan las pupilas a la aurora,
Robando el aliento a la urbe sin vida.
¿Cómo hacer comprender a los sedados
Que esos sudores, torturas y dogmas,
A veneno esculpidos con su sangre,
Llevan en ellos la urdimbre perversa
Que el horizonte ha mudado en cenizas,
Que arroja los cristales de las urnas
A los pies del galope desbocado
De apocalípticas cabalgaduras
Paridas de la alquimia y de lo fósil?
Bajo la luna teñida de uranio
Cuatro jinetes vestidos de sombra
Cabalgan sin descanso sobre el yeso
Sembrándolo de inquina y ataúdes.-
El hombre es una máquina perfecta de destrucción... pero aún quedamos algunos que no comulgamos con ello.
ResponderEliminarBesos.
Desconozco esa zona, pero puedo imaginar.
ResponderEliminarTus letras taladran el alma de cualquier bien nacido.
Te beso
Hay posts, como éste, que se roban sólos. Jeje. Un beso y,...gracias.
ResponderEliminarSoy alargaor.Encantado.
Rafa, has escrito un gran poema. Me has dejado sin palabras porque ya las has dicho tú todas sobre la destrucción de nuestros más queridos entornos.
ResponderEliminarOjalá sirva para concienciar a las personas, aunque me temo que los que te leemos ya estamos de sobra concienciados.
Sigues siendo un grandísimo poeta.
Un beso.
Deberían poner el poema en todas las vallas publicitarias, en carteles colgando de las farolas, en papeletas esparcidas por la playa. Que el humo aliado al ascender vaya formando las palabras, y las estrellas, cómplices, las vayan alumbrando.
ResponderEliminarNo podriamos permanecer impasibles
Contundente.
Un abrazo grande Rafa.
Desde el domingo, de muchos balcones cuelga la bandera española, algunas hasta con el torito en medio. Al verlas, no me entran ganas de arrancarlas, que cada cual se exprese libremente, pero me duele que no se saquen trapos, también en señal de protestas y de denuncias. Cuánta pasividad, cuánta ignorancia, con decir lo que no mata engorda parece suficiente pero yo no logro entenderlo.
ResponderEliminarUn beso, grandote.
Ya lo canto el poeta de Platero y tu lo rematas con este grna poema, tragico, desgarrador, quejio profundo con el llanto por nuetsra tiera mancillada...
ResponderEliminarun abrazo.