Bajo el torvo estandarte
Que comanda al silencio,
A estrofa abierta se alza,
Insurrecto, el poema.
David, frágil, se enfrenta,
Desahuciado e inerme,
A la hueste invencible
Del gigante del tiempo:
Temeraria disputa
Que, victoria a victoria,
Lo aproxima a su sino:
La derrota final.
Que comanda al silencio,
A estrofa abierta se alza,
Insurrecto, el poema.
David, frágil, se enfrenta,
Desahuciado e inerme,
A la hueste invencible
Del gigante del tiempo:
Temeraria disputa
Que, victoria a victoria,
Lo aproxima a su sino:
La derrota final.
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Silence, c'est le mieux. C'est fragile tout ça qui nous envolte.
ResponderEliminarJe t'embrasse
De derrota nada... recuerda que David tenía la honda... y tu David está lleno de palabras que llevan más peso que las piedras...
ResponderEliminarAsí que nada, tumbamos el cartel del silencio y lo llenamos con tus poemas, vale?
:)
Besos.
Silencio
ResponderEliminarUn cementerio
donde entierran los labios
cada vocablo.
Diosa.
Te leo cada día, pues tus palabras tienen el don de removerme, más nunca me atreví a dejarte un comentario antes, por no saber si mi interpretación de ellas fuera acorde a lo que tus palabras quieren decir.
Un beso.
No el silencio, nadie calla al mar, ni a la mujer paridora, ni al viento entre los arboles, ni al agua d ela cascada...arriba el aire y sus sones de chiringa y rabel...un abarzo.
ResponderEliminarUn poema contundente y lleno de fuerza. Es un placer leerte Rafa, siempre.
ResponderEliminarUn beso.
Qué bien escribes, es un gustazo encontrar por estos mundo de "Internet" blogs tan buenos como el tuyo.
ResponderEliminarUn gustazo.