La esencia del poema
No habita en las palabras;
Bien es cierto que en ellas se sostiene:
Son sus piernas, su lengua, sus latidos,
Su carne, su piel, sus huesos, su sangre;
Que son ellas la estela
Que rasga levemente las cortinas del agua…
Mas nunca existirían sin el alma que, en grito,
Se afana en cercenar su garganta al silencio.
Así es Rafa, el alma nos lleva a mal traer, ella provoca la mayoría de nuestras letras, que son el medio, nada más.
ResponderEliminarPrecioso...
Beso nocturno
La esencia está en el alma.
ResponderEliminarImpresionante, Rafa.
Sencillamente perfecto, con alma...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Menuda confusión cuando el alma derrama versos y la carne de los versos es sudario para el espíritu... Y así que siga girando el cosmos que habita en nosotros.
ResponderEliminarSi, nada más parecido a un cuerpo que un poema...
ResponderEliminarBesos :)
Que muera, que muera el silencio!!!
ResponderEliminarPor eso sin conocerte sé de la bondad de tu alma, porque leo tus poemas, porque oigo tus gritos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Rafa.
Será por eso tal vez que yo llamo a los poemas pequeños gritos del alma.
ResponderEliminarBellísimo.
Un beso.
he decidido abrir una ventana al optimismo en este poema, porque gritar, gritar tambi�n se puede hacer por alegr�a, �verdad?
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