Sobre el lecho, rendido,
Busca el último refugio en un mar
De tormentosa calma
Que en sus aguas lo enclaustra.
Ya zozobraron todas las palabras
Que nunca fueron dichas
Y la música se ahoga de ausencias
¡Tan lejos de la luz del horizonte!
Vencido en la lluvia, sólo las lágrimas
Recuerdan lo que hubo sido, y las náuseas
Se funden con la sal de océanos exánimes,
Ajenos al abrazo de la Luna.
Sobre el lecho rendido,
Espectro a la deriva, evanescente,
Ya nada espera,
Sólo
Salvarse al fin en su propio naufragio.
Buen día Exodo
ResponderEliminarTriste, bonito, y certero! Hay algo que me identifica con tus versos, siempre al límite del abismo.
Te dejo un beso.
Me voy porque ando buscando a Pancho (mi muso), necesito escribir algo y no lo encuentro. (Estoy como Silvio con el unicornio)
Otro beso. (el otro quedó muy arriba)
mundos que se ahogan,
ResponderEliminarmares que lo llevan todo...
mi cuerpo rígido
en esa única balsa a la deriva.
Los horizontes lejanos provocan siempre tristezas y desasosiego...
ResponderEliminarMejor lo has dicho tú... poeta.
Un beso de noche...
En esa balsa que duermes
ResponderEliminarhay una tabla que te sostiene
el agua , refugio de los desvelos
aunque a la deriva
encontrará un oasis
que sé , te espera.
Un beso