(Libre adaptación del mito de Narciso)
De estar enamorado de mí mismo,
Tildado, los efebos me adoraban,
A pesar, y las ninfas me anhelaban;
Mas yo, que no aspiraba a su hedonismo,
A todos rechazaba. De onanismo,
Acusándome -¡qué crimen!-, trataban
De azorarme, por ver si así lograban
Conquistarme; mientras yo, de su abismo
Al borde, ciego buscaba, en la fuente
De Némesis, la imagen de una flor,
Que me era ajena, con ansia sediente.
Y buscando el cerúleo color
De esa lila imposible, cual demente,
Al agua me arrojé del desamor.
Imagen: La Metamorfosis de Narciso; Salvador Dalí, 1937.
este poema que me parecía orgulloso, arrogante, y vas y luego me lo tiñes con la melancolía de siempre, cachis, ¿qué vamos a hacer contigo, amigo Rafa?
ResponderEliminarPoeta:
ResponderEliminarEsa lila imposible, acabará fagocitándote; claro que ya sé que el mayor de tus anhelos es descansar in eternis en su celeste abrazo
Besos desde Eea
Que sobreviva la esencia de poeta
ResponderEliminarUn saludo.
Teniendo tal capacidad para ver la realidad, Narciso vuelve con fuerza a resurgir de las aguas, arrastrado por su propio ego...
ResponderEliminarQuè tal? es mi variaciòn:)
Un besazo