“Cuando se muere alguien que nos sueña, se muere una parte de nosotros”
Miguel de Unamuno
Como un mendigo sin nombre
Se resguarda en los portales
Del gris suburbio fantasma
Que el tiempo yerto ha poblado
De cenizas y silencio,
Y que aguarda en el invierno
La limosna que lo salve
De los hielos de su alma
Susurrándole su aliento…
Así yo espero el azul,
En la luz de una mirada
Y al calor de una sonrisa,
Bajo el frío de las calles
De la lúgubre ciudad
De la que tú estás ausente.
Diciembre de 2006
Me ha gustado eso de Terapia Poética.
ResponderEliminarY lo de los dos párrafos, así expuestos, subordinado y principal.
El fondo y la forma como espejo del sentimiento.
Gracias por compartir las palabras.
A veces esperar es des-esperar.
ResponderEliminarA veces esperar es salir al ruedo, con un buen disfraz protagònico, en el que el propio aliento puede con un iceberg.
Un gran abrazo, Rafa
da igual las luces que tenga una ciudad, cuando está poblada de ausencias siempre será lúgubre y sombría...
ResponderEliminarNo creo que sea bueno mendigar una mirada o una sonrisa en busca de una ausencia, pero cualquier calidez es buena cuando el corazón esta helado.
ResponderEliminarPor cierto gracias por tu comentario, ya lo cambié, te echaba de menos en mi blogg. Un besazo
Me gusta, sin ti, vivo en el apocalipsis. Un saludo
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