Igual que un cerdo
Hacia el matadero
El último en la angustia
El último
De la agónica fila
Que gruñe gime de espanto al olor
De tanta sangre muerta
Que a gritos
Lo precede
Que ruega piedad con quejas difuntas
Aun sabiendo que ya
Nada importa su vida
Nada
De nada
Que ya nada más
Será digna de aprecio
Su carne despiezada
Tras su muerte
Igual
Igual que un cerdo
Al parecer, la Xunta de Galicia (valga la redundancia) multará con cien mil euros a quien mate un cerdo sin atontarlo previamente, para que no haya gritos. Como dice Arcadi Espada, tal vez el cerdo lo agradezca, pero, sobre todo, lo agradecerán los hombres, ya que una cosa es morirse y otra dar voces.
ResponderEliminarPierre Miró
Hola de nuevo, primo.
ResponderEliminarEn mi juventud
asistí a matanzas,
sujeté pezuñas,
esquivé dentelladas...
El grito arcano,
impotente,
hace al marrano
equipararse a la gente.
Grito de miedo,
cerval, atroz,
insuperable.
Miedo al dolor,
miedo a la sangre,
a su olor.
A ser de los humanos parte.
A compartir con ellos
la barbarie...
Bueno, pues así sale. Ya se irá arreglando.
Y no me asustes más...
Otro abrazo humano.
Evocaste un recuedo de infancia: el pueblo de mi padre, en calabria...un animal enorme y asusutado...que gritaba desde una calle antes...la sangre cayendo..
ResponderEliminarigual que un cerdo, los humanos...mejor no sigi....a veces las similitudes son siniestras.
un abrazo
Sí, Pierre, hay quien prefiere el silencio de los corderos al chillido de los cerdos, no sea que un día uno de esos chillidos sea el germen de una rebelión en la granja.
ResponderEliminarMuy bueno, primo. Aunque no sé si ese grito arcano iguala al cerdo con el hombre o viceversa. Y no te asustes, hombre, que no es para tanto.
Hera, sin duda son siniestras, pero no porque las pintemos de oscuro sino porque ya son negras de por sí.
Abrazos.
Buena metáfora, a veces nos vemos acorralados , sin defensa, y aunque los chillidos sean internos retumban como los de un cochino. Unos son depredadores a otros les toca ser victimas así es la mmmm... de vida. Bueno no siempre.No me quiero poner pesimista
ResponderEliminarUn abrazo