Han sido tantos golpes,
Tantas caídas para erguirme herido,
Con cieno en los muñones,
Con la sangre a borbotones manando,
Robándome las fuerzas,
Que ya he aprendido a no levantarme.
Para qué, si ya está todo perdido,
Si no hay modo alguno de defender
Mi causa, mi inocencia, mis anhelos,
Si he perdido el control
Del vasto periplo a ninguna parte
Que se me impuso en el llanto primero,
Si he sido vencido sin condiciones
Y hasta dado por muerto.
Y ahora ya nunca caigo;
Sólo a veces elevo la mirada
Buscando una luz al fondo del túnel.
Pero todo está oscuro.
Y entonces,
------------------- ante el recuerdo del vértigo,
Cierra el dolor mis párpados, y con uñas y dientes
Me aferro al gris asfalto de mi eterna derrota,
Y echado de bruces sobre el silencio,
Cual perro apaleado y sin ladridos,
Gimo callado de espaldas al Mundo
Con su escarcha anegando
------------------------------------------ mis pulmones.
Necesito tu voz en mi blog .
ResponderEliminarPaz/
Estás tan doloroso como el romántico joven Wether de Goethe. Animo. Castilla Center
ResponderEliminarDesde mi posición aún encorvada, porque no encuentro fuerzas suficientes para afrontarme,te digo ¡mantente! qué fácil es decirlo! Tú eres fuerte y te necesitamos.
ResponderEliminarBesos, muchos besos PAQUITA
Creo que el anterior comentario te ha entrado a través mío, porque también lo tengo en el artículo de ayer que acababa de mirar. Lo siento por contaminarte. PAQUITA
ResponderEliminarLos golpes recibidos, ay, cuantos golpes, golpes, que si yo te contara, las marcas dejá en mi cuerpo, el rictus triste de mi cara, y el dolor, el dolor que se refleja, do interior de mi alma.
ResponderEliminarUna pena este asqueroso mundo, damos valor, a lo que solo vale dinero, y despreciamos la belleza de lo gratuito(la amistad, el amor,la solidaridad, la belleza de un paisaje o un ocaso en La Caleta, etc,etc.)
Saludos.