¿Recuerdas el tiempo en que jugábamos a medias
Al cupón de la ONCE?
Y que siempre te decía
Que era poder compartir
Aquella ilusión contigo
Premio gordo y esperanza.
Y que ¡maldita la suerte!
Si una mañana de sábado
Supiéramos por la prensa
Que fuimos los agraciados
Del nutrido cuponazo,
Que era mejor la pedrea
De verte cada mañana,
Y que ese premio sería
Un motivo para estar
Ya por siempre separados.
Te diré que te mentía
Y que esperaba en el fondo
Que por mejorar tu vida
Aquel premio nos tocara.
-Aunque, para mí, tu suerte
Fuese, sin duda, desgracia-.
Hoy ya,
Con la esperanza desdeñada,
Casi nada de aquello importa;
Perdí torpemente mi premio
Mientras tú sigues luchando
Sin mi tristeza cual lastre
Para salir adelante.
Y yo sigo jugando todos los domingos al 44
Queriendo en vano amarrar aquel otro sueño
Que hoy seguro que ya
Tampoco recuerdas.
Ilustración: Angelo Bronzino. Alegoría de la Fortuna (1564).
No hay cupón que arregle el desamor, el ansia de ser mirado, "sostenido" por unas palabras, rozado por unos trémulos dedos de cuando en cuando...
ResponderEliminarABRAZOS, AMIGO MÍO
Pd: Tu aparato no me deja firmar si no me apunto a Google o a Blogger. Esto es un monopolio de cojones. Saludos, Paco.
Abrazos también para ti, Paco. Sobre lo de firmar, bueno, cosas de Google, supongo, sí, sí, todo se monopoliza.
ResponderEliminarY en cuanto a lo que dices, totalmente de acuerdo, poniéndolo en positivo, recordaremos aquella letrilla que más o menos decía:
"Yo meti a la lotería
yo meti a la lotería
y me toco tu persona
que era lo que más quería"
Por bulerías, genial. Yo metí y no me tocó, Paco.
Abrazos.