Cuando, viéndola tan bella e indefensa, abrió la urna de cristal de la que yacía presa para besarla en los labios, era incapaz de imaginar que, con aquel ósculo dulce e inocente, estaba haciendo saltar los cerrojos de las puertas del infierno.
¡Ay Rafa, te pasa cada cosa! ¿y cuando abriste la tapa te mordió el hociquillo o te ató a ella con esa "peaso" melena? si es que... metes los versos en todos los sitios, niño mío !
hala, hala, a ponerse betadine en ese morro ! je je
Gracias por vuestros comentarios, primo, mityu, milena.
Bueno, os diré que pienso que el protagonista de este micro, si hubiera de volver a hacer saltar esos cerrojos, aun sabiendo lo que la primera vez no sabía, lo hubiese hecho de nuevo. Siempre existe la posibilidad de que un beso en cada ocasión abra puertas diferentes, y más vale hacerlo que quedarse con la duda de cual hubiese sido en esta ocasión. En cualquier caso, cuando se abre la puerta de los demonios, la mayoría de ellos suelen habitar en nuestro interior. El infierno lo llevamos dentro, por eso es bueno creer en que hay ángeles que, cual Beatriz, se adentran alguna vez en las tinieblas para tomarnos de la mano y rescatarnos. Esos ángeles suelen dormir en una urna de cristal y cuando se logra despertarlos depende mucho de nosotros que puedan o no bajar a los abismos para iluminarlos.
Hola primo.
ResponderEliminarLos cerrojos de las puertas del infierno...
Ahí hay mucho encerrado. La belleza y la indefensión pueden esconder misterios, arcanos demoníacos.
El dulce e inocente beso destapó esa caja de Pandora que le derrotó por su ingenuidad, por su amor a la belleza, por su afán de protección...
La bestia se ocultaba. Y el valiente cayó en sus garras.
¿Se levantará?
Abrazo descerrojado.
Me asombra cómo va creciendo tu espacio, agrandando tu expresión. Cuántas veces hemos abierto urnas que nunca debieron descubrirse...
ResponderEliminarUn saludo
¡Ay Rafa, te pasa cada cosa! ¿y cuando abriste la tapa te mordió el hociquillo o te ató a ella con esa "peaso" melena? si es que... metes los versos en todos los sitios, niño mío !
ResponderEliminarhala, hala, a ponerse betadine en ese morro ! je je
Besillos
Gracias por vuestros comentarios, primo, mityu, milena.
ResponderEliminarBueno, os diré que pienso que el protagonista de este micro, si hubiera de volver a hacer saltar esos cerrojos, aun sabiendo lo que la primera vez no sabía, lo hubiese hecho de nuevo. Siempre existe la posibilidad de que un beso en cada ocasión abra puertas diferentes, y más vale hacerlo que quedarse con la duda de cual hubiese sido en esta ocasión. En cualquier caso, cuando se abre la puerta de los demonios, la mayoría de ellos suelen habitar en nuestro interior. El infierno lo llevamos dentro, por eso es bueno creer en que hay ángeles que, cual Beatriz, se adentran alguna vez en las tinieblas para tomarnos de la mano y rescatarnos. Esos ángeles suelen dormir en una urna de cristal y cuando se logra despertarlos depende mucho de nosotros que puedan o no bajar a los abismos para iluminarlos.
Abrazos
Nunca se sabe.Quizá la felicidad real esté ahi...
ResponderEliminarAbrazos
INteresante vuelta de tuerca a un cuento. Cúrrate otros cuantas vueltas de tuercas principescas y principescos
ResponderEliminarLa bestia y la bella a menudo forman parte de la misma persona, cara y cruz, una duerme y la otra vigila. Muy chulo el micro :), un beso
ResponderEliminary cómo evitarlo!!!menuda tentación
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