Mónica, amor y odio son las dos caras de una misma moneda, y son sentimientos que se profesan -siempre ambos aunque unas veces más uno y otras el otro- aquellos seres que están más en contacto. Bienvenida.
También casi de acuerdo contigo, maribel, aunque más bien pienso que no es que no las haya querido, sino que le ha sido imposible asumirlas.
Bueno, cuando se construye un castillo de arena ya se sabe que durará poco, el tiempo que el mar decida arrebatárselo a su dueño, quizá los sueños necesiten bases más sólidas para no agonizar, un abrazo
A lo mejor es que ama ese espectro y por eso te lo arrebata...
ResponderEliminarUn abrazo
Nunca me había puesto a pensar ¡cuánto de be odiar el castillo de arena al mar!
ResponderEliminarObviamente es su mayor enemigo... muy bueno.
Bsss. Me gustó.
No es odio, simplemente no quiere competencias y ese castillo se lo ha debido parecer.
ResponderEliminarBesos.
Es poco probable, ana, aunque todo es posible.
ResponderEliminarMónica, amor y odio son las dos caras de una misma moneda, y son sentimientos que se profesan -siempre ambos aunque unas veces más uno y otras el otro- aquellos seres que están más en contacto. Bienvenida.
También casi de acuerdo contigo, maribel, aunque más bien pienso que no es que no las haya querido, sino que le ha sido imposible asumirlas.
Abrazos.
Bueno, cuando se construye un castillo de arena ya se sabe que durará poco, el tiempo que el mar decida arrebatárselo a su dueño, quizá los sueños necesiten bases más sólidas para no agonizar, un abrazo
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