Sobre las sábanas, yermo,
Yerta y sin vuelo mi alma,
Voy desangrándome en versos
Dictados por la añoranza.
Agoniza el firmamento,
Sin estrellas y sin alba,
Y en el frío de mi lecho
Negro espectro me amenaza,
Volviendo el poema tumba,
Con la palabra amargura
Grabada a hielo en el mármol,
Y devorando el gemido
De mis sueños sin sentido,
De destiempo masacrados.
escribes de puta madre y lo sabes, pero me gusta mucho más la rosa de otoño.
ResponderEliminarVoy a leerla otra vez a ver qué te digo.
Besos.
Qué coraje, yo que me quedo "frita" ná más acostarme...jeje.
ResponderEliminarBesos.
Besosss, discretos, ¡eh!
ResponderEliminarGracias, maría, yo también prefiero las rosas.
ResponderEliminarVictoria... ¿y un cafetito?
Paco, besos también para ti.
Y abrazos para todos.
Un poema lleno de imágenes fuertes, desesperadas, sin tregua ni esbozo de luz.
ResponderEliminarQueda suspendida la situación en un alma que no acaba de morir ni de recuperarse.
Interesante etiqueta...
Un abrazo