En la ciudad desflorecida
Sucios jardines de plástico se abren
Tal que obscenas telas de araña
Anunciando lunas de escarcha.
Quiebra el silencio el trinar de los pájaros al alba
Mientras en la parada de la línea circular número 1
De los autobuses urbanos
Fumo un cigarrillo con desgana.
Ya comprendo que el fumar nos mata
Mas yo hace tiempo que hube muerto
Transido de alcorques de asfalto
Y el golpe callado que perpetra
El runrún de los tubos de escape
En mi reloj atrasado.
Recién abierto el quiosco de prensa
Y decido hacer andando
El camino a mis malas noticias
-Que no me quedan tan lejos-
Con los ojos del alma vendados
Y huellas desnudas como ascuas.
El horizonte, tras las moles de hormigón grisáceo,
Ya no existe. Sólo callejones sin salida
Que llevan a putas tristes
Y a las fauces de orondos banqueros
Cuyas barrigas, ¡las muy condenadas!,
No dan señales de ir a estallar
Para alborozo del Mundo.
Caminan como piezas de recambio
Soledades a destajo en carne viva
Que hacen funcionar el mecanismo:
Nunca falta en el camino un vertedero
Donde ir acumulando los desechos
De lo inservible, de lo gastado,
De la gota evanescente de rocío
Al servicio de lo yermo.
Miro de soslayo a la muchedumbre
Para evitar que se cruce mi mirada
Con sus grandes ojos vacíos,
Como de muertos. Mientras,
El sol -yo frente al alba-
Va amordazando sin miramientos
Cualquier atisbo de espejo.
Verdaderamente hermoso el poema en su ejecución. Veraz en la interpretación. Y triste, muy triste, por lo que conlleva de certeza en su esqueleto.
ResponderEliminarABRAZOS
Anda que estamos bien, yo a punto de volver a caer y tú fumando...así no corremos ni la maratón ni la popular del Guadalquivir ni el paseo de casa al trabajo sin pillar ese autobús número 1, un beso
ResponderEliminarDebo decirte que me gusta tu terapia poética, sobre todo cuando tiene este tinte social, esta reflexión acerca del mundo y es así, yo también sigo fumando... Besos...
ResponderEliminar¡Qué maravilla, Rafa! Me siguen impresionando tus poemas. Me pierdo por ellos.
ResponderEliminarBesos
Gracias, Paco, leuma, alejandra, victoria.
ResponderEliminarLeuma, la nocturna la corrí seis o siete veces, pero lo dejé. Me agobiaba tanta muchedumbre. Pero la Maratón (y eso que llevo unos días en el dique seco), en el 2008, no la dejo pasar. Si te apuntas a hacerla en torno a cuatro horitas te invito a bebidas isotónicas en los avituallamientos. Y es que yo... siempre tan rumboso, jajajajaja.
Abrazos.