Unos versos que no sean
Deliciosos,
Que sepan
A sangre cruda caliente
A cadáveres gritando,
A fuego, a hiel, a cuerpos
Devastados.
Unos versos,
Aliento hiriendo mordazas,
No que remuevan conciencias,
Que agiten desbocados las entrañas
Haciendo volar en pedazos
Las pilastras y los yelmos,
Las adargas y cimientos,
Los caminos a la nada.
Unos versos que arremetan
Desplomando las almenas,
Encenagando los fosos,
Pulverizando alambradas,
Volviendo ruina la ruina
Para la que estamos siendo,
Minuciosamente,
Programados.
La poesia es un arma cargada de futuro, decía Don Blas de Otero, aunque en mis sobrinos el futuro son los videojuegos
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