Sobre el sueño de una noche de estío
Que perdió su almohada en la ventisca
Parida en las fauces de enero, mística
Se abalanza una maraña de frío,
Y el enjambre de abejas que a las flores
Fecundaban en su cópula alada
Se escarcha en cenizas de hielo. Nada
Ha quedado de los verdes rumores
De un agosto de grillos y cigarras
Que murió de abandono entre las garras
Del gélido olvido. ¿Cuánta añoranza
Permite aún albergar el corazón
De la alondra? ¿Volará sin razón
Al quebrarse el muñón de la esperanza?
(Ya en la vigilia son
Los sueños, continuo encabalgamiento
De espanto y de lamento tras lamento.)
Volará, el tiempo todo lo calma, del mismo modo que un bello soneto apacigua las voces del día anterior.
ResponderEliminarHermoso soneto, sí.
Besos.
Mamen.
Muchas gracias, Mamen. ¿Sabes? éste es casi de los que salieron del "tirón". Anoche en un cuaderno y con un rotulador rojo. Esta mañana sólo lo retoqué un poco, para terminar de ajustar la métrica y cambiar alguna palabra que no me gustaba del todo. No sé si fue el efecto del cannabis sativa, je, je. Esta noche probaré de nuevo. Sobre las voces del día anterior, bueno, tuve un mal día y peor noche. Hacía un calor de espanto y no podía dormir, así que, de madrugada, me levanté sin poder dejar de darle vueltas a la cabeza y, para calmarla un poco me puse a escribir sin tener nada preconcebido. Y, claro, salió lo que salió.
ResponderEliminarUn beso.
Sólo las plantas sagradas nos dejan ver el invierno en el prólogo del verano... vuela... vuela cabalgando por anticipado...
ResponderEliminarLa añoranza si se ha amputado la esperanza pasará, y brotarán nuevas ramas en la próxima primavera, cuando la poda y el germen del invierno den su fruto, un abrazo cálido para el frío invernal :)
ResponderEliminarPero el invierno en su crudeza quiere compensarnos vistiendo de blanco la naturaleza. Él también tiene añoranzas y los copos de nieve son sus lágrimas.
ResponderEliminarEs muy bonito el poema, Rafa.Un beso.
Gracias, Alejandra, por tus deseos de cabalgaduras aladas.
ResponderEliminarY a ti, leuma, por el calor de tu abrazo fundiendo el hielo. Lo malo de la esperanza es que es una hierba muy vigorosa, y cuando ya parece muerta, basta el espejismo de una gota de rocío para que renazca en el corazón ¿no crees?
Y a ti, malena, por tu visión positiva del blanco invierno. Los copos de nieve como sus lágrimas: una imagen poética muy bonita.
Besos a todas.