(O de porqué siempre quise llamarme Lázaro)
Aunque no creo en milagros
Resucitando la carne
-Por si acaso tú vinieres
A llamarme a levantarme-,
He balsamado mi ánima
Con neveros de saudade.
Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz -¡Lázaro, ven fuera!-
Juan (11:43)
Aunque no creo en milagros
Resucitando la carne
-Por si acaso tú vinieres
A llamarme a levantarme-,
He balsamado mi ánima
Con neveros de saudade.
¡hostia el video!
ResponderEliminarperdón, Sr. Rafa-Lázaro-sin auroras, que hoy estoy muy fina.
luego vengo a robartelo.
Un beso.
Pues sí, maría, la Yerbabuena es todo un fenómeno de la Naturaleza de difícil repetición. Ésta si que lleva una fiera. Yo una vez la vi en directo, y eso ya es el no va más.
ResponderEliminarUn beso.
Paciencia la tuya, balsamar el ánima.
ResponderEliminarBueeeno, te quedó bonito. PAQUITA
Gracias, Paquita.
ResponderEliminarUn beso.
Si, es bonito, y dime Rafa, que no lo tengo muy claro, ¿La saudade es un sentimiento parecido a la morriña o la nostalgia?.
ResponderEliminarBesos.
Muchas gracias, Mamen. En, efecto, la saudade es un sentimiento parecido a la morriña y la nostalgia. Aunque aparece en nuestro diccionario con los significados de soledad, nostalgia, añoranza, es originario de las lenguas portuguesa y gallega, y, su vez, procedente del término latino solitudo-solitudinis, que significa soledad.
ResponderEliminarAsí, sería algo así como la nostalgia, la añoranza o la melancolía por el recuerdo de la felicidad o la alegría perdida, pero en la esperanza de poder recuperarla. Es, por tanto, un término que expresa emociones ambiguas y, tal vez, confusas, de difícil traducción, pues es muy complicado traducir los sentimientos.
La saudade es un elemento clave de la cultura lírica portuguesa, una emoción que atraviesa e inunda de principio a fin el fado y que dio a luz al Saudonismo, movimiento literario del que tal vez su principal representante fuese Fernando Pessoa.
La saudade es algo así como, para entendernos, un haiku contenido en un solo vocablo; fuente de vida, resumen de ésta, que no es más que una amalgama de alegrías y tristezas, y un instante en el que se puede resumir toda una existencia: el pasado perdido, el presente confuso y ambiguo que mira hacia atrás para tratar de vislumbrar de nuevo el camino que se perdió al frente, y el futuro anhelado.
La saudade, Mamen, es una de las emociones más imprescindibles para el poeta y para sentirnos realmente vivos.
Un beso.
Ps. Te echaba de menos, no sin cierta preocupación, pues hacía días que no te veía aparecer por aquí ni por tu blog.
¡Que maravilla Rafa! Nunca más tendré dudas sobre el significado de esta palabra tan extensa en letras y en emoción.
ResponderEliminarEres un sol, gracias por tu respuesta :)))))))))
Si, he estado muy ocupada, y sin tiempo para escribir, además, como le he contado ya a Octavio, me ha ocurrido algo que sin vosotros y El-Recreo nunca hubiera pasado, me han publicado un poema, en "El vuelo de la palabra, poesía de Badajoz"
¡Gracias!
Enhorabuena, poeta!
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