Hoy Diana, asombrada, se perdió en la oscuridad de un firmamento, salpicado por la débil luminaria de un mar muerto de estrellas, que marchitan su sangre en la bruma sin nombre de las luces de la ciudad anaranjada. Ciudad de cuarzo y ausencia. Y el desamor de la Tierra, áspera alfombra de celos en las sombras y cenizas apagadas de una lila, se interpuso con su frío, en la senda furtiva de luz con que el Sol acaricia a la Luna.
La tierra cubrió por unos instantes a la luna, del calor de esa unión solo vimos su color ... su rojo color.
ResponderEliminarRafa, ni la sombra pudo con ella. Nos dejó ver su lado oculto, su bello lado oculto. La luna y sus fases: para algunos fue de eclipse total y otros le vimos su arco rojo imperecedero.
ResponderEliminarIslamaria
Es cierto, maría, aunque en eclipse total, en ningún momento llegó a desaparecer del todo. Hay eclipses tan rotundos, que siempre dejan un rescoldo, rojo como la sangre, en el firmamento de la mermoria.
ResponderEliminarRafa, un Instituto de Canarias -Tenerife- te ha sublimado tu poema, bueno ... que te lo lo copiado y ensalzado. La página es:
ResponderEliminarhttp://filoabpuerto.blogspot.com/
Sí, hemos sido nosotros
ResponderEliminarNos gusta mucho tu poesía, Rafa
te pedimos permiso para "copiarte"o "llevarte junto a nosotras" más veces
Las chicas del blog
Bueno, chicas, antes que nada muchas gracias. Y mis textos son todos ellos para compartir con todos aquellos que deseen hacerlo, sin necesidad de pedir permiso. Gracias de nuevo. Abrazos. Rafa.
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